Miguel Frigenti, nacido en Talavera de la Reina,es uno de los rostros más reconocibles del periodismo de prensa rosa. Su carrera ha estado marcada por su pasión por la comunicación, su estilo directo y su carácter sin filtros. Desde muy pequeño, sintió fascinación por el mundo del periodismo, en gran parte porque cuando él y sus hermanos eran pequeños, pasaban mucho tiempo en casa con su madre y eso les llevó a poner mucho la televisión. Al principio, no tenía muy seguro por donde quería empezar en este mundo, pero las horas frente a la pantalla despertaron en él una vocación que con el tiempo se convirtió en su forma de vida.

A lo largo de su trayectoria, Frigenti ha aprendido a lidiar con la exposición mediática, algo que, reconoce, no siempre es fácil. Las redes sociales pueden ser un arma de doble filo, y en más de una ocasión han afectado a su estado de ánimo. Sin embargo, ha encontrado en la terapia una herramienta clave para gestionar las críticas y afrontar las dificultades con mayor equilibrio. "Hay días mejores y días peores", admite, pero ha aprendido a manejar la presión y a pedir perdón cuando ha sido necesario.

Su paso por GH DÚO fue una experiencia intensa, donde el mayor reto no fue la convivencia, sino el propio encierro. "A veces era agobiante, pero lo peor fue el aburrimiento", confiesa. Salir del reality supuso un proceso de adaptación, una especie de duelo que le dejó desubicado al principio, pero que con el tiempo ha ido superando con terapia, ya que nos ha confirmado que “nos cuidan mucho desde el programa”.

Poco después, llegó la oportunidad de incorporarse a Fiesta, algo que recibió con gran entusiasmo. Tras su participación en Sálvame, echaba de menos esa estabilidad en televisión y poco después de su expulsión en GH DÚO, le llamaron y comenzó como colaborador en el programa que presenta Emma García, donde lleva dos semanas trabajando y muestra su profundo agradecimiento hacia el programa

A pesar de los altibajos del sector, Miguel Frigenti “prefiere alejarse del pasado y olvidarse del futuro”. Ahora, Miguel ha aprendido a disfrutar del día a día sin obsesionarse con lo que vendrá. Este aprendizaje es precisamente el consejo que da a los jóvenes que sueñan con dedicarse al periodismo. Él mismo escuchó muchas veces que tenía "pajaritos en la cabeza", pero no se dejó frenar por la incertidumbre de la profesión. Sabe bien lo que es pasar meses sin trabajar y enfrentarse a la inestabilidad del medio, pero también sabe que la pasión y la constancia son claves para mantenerse firme en la industria.

Con una carrera marcada por su autenticidad y su carácter, Miguel Frigenti sigue evolucionando en el mundo de la televisión, demostrando que, con esfuerzo y perseverancia, se puede encontrar un hueco en el universo del periodismo televisivo.